- Por Aisha Stacey (© 2016 IslamReligion.com)
Descripción: Las reformas continuaron, pero Omar Ibn Abdul Aziz enfrentó el asesinato.
Omar Ibn Abdul Aziz llegó a ser conocido como un Califa bien guiado de la nación islámica debido a su similitud con los califas bien guiados. Los califas bien guiados aprendieron su práctica del Islam directamente del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y mantuvieron estrictamente las directrices del Corán y de las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad. Sin embargo, después de su muerte, el califato se convirtió en una dinastía, y se tomó un enfoque más laxo para implementar ciertos mandamientos. Omar Ibn Abdul Aziz revivió los principios islámicos rectos y comenzó a poner joyas en la corona del Estado islámico. Uno de sus primeros actos fue remplazar a los administradores omeyas corruptos y tiranos con personas honestas y justas, y otro fue restaurar a los legítimos dueños sus propiedades que les habían sido confiscadas.
Dentro de los primeros diez años de la conquista de Sindh (parte del actual Pakistán), en 718 d. C., Omar se convirtió en el primer Califa en encargar una traducción del Corán del árabe a otro idioma, el sindhi. Hizo esto a solicitud del Rajá de Sindh. Sindh fue otra área del Estado islámico conquistada por voluntad de Dios y con la moral y los modales islámicos impecables de la guerra, no conocidos en otras partes del mundo en esa época. Al mismo tiempo, los ejércitos de Omar libraron una guerra defensiva contra los turcos que habían azolado Azerbaiyán y masacrado a miles. Omar les permitió a sus fuerzas librar la guerra solo bajo condiciones estrictas, incluyendo que la mujeres, niños y prisioneros no podían ser ejecutados, y que un enemigo derrotado y en fuga no sería perseguido.
Entre muchas primicias, Omar Ibn Abdul Aziz fue el primer gobernante musulmán en volver su atención hacia la conquista externa. Él hizo regresar a los ejércitos de las fronteras de Francia, India y las afueras de Constantinopla. Fue durante su califato que los levantamientos y disturbios internos cesaron, y la verdadera fe islámica enseñada por el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) floreció de nuevo. La codicia, sin embargo, no se rinde ante la fe sin batallar, por lo que había mucha gente descontenta con el gobierno de Omar.
Aun así, las reformas continuaron. Bajo las instrucciones de Omar, el virrey de España realizó un censo de las diversas nacionalidades, razas y credos que habitaban esa sección del Estado. Un estudio de toda la península, incluyendo ciudades, ríos y montañas, fue realizado. La naturaleza del suelo y las variedades de los recursos minerales y productos agrícolas fueron contadas y registradas cuidadosamente. Fueron construidos y reparados puentes al sur de España y fue construida una gran mezquita en Zaragoza, al norte de España.
En el tiempo entre los califas bien guiados y Omar Ibn Abdul Aziz, el Tesoro Público fue utilizado para propósitos privados por los califas omeyas. Omar le puso fin inmediatamente a esta práctica, pero al mismo tiempo se consiguió una serie de peligrosos enemigos. A pesar de ello, continuó instituyendo reformas y avivamientos que causaron que los musulmanes pobres, débiles y virtuosos se sintieran fuertes y protegidos, como lo habían sido en tiempos de los primeros califas. Una de las medidas más importantes fue su reforma tributaria.
Omar Ibn Abdul Aziz, siguiendo los pasos de su amado Profeta Muhammad, fue amable y justo con los no musulmanes. Se les permitió a los cristianos, judíos y zoroastrianos mantener sus iglesias, sinagogas y templos. En Damasco, donde la Basílica de Juan el Bautista había sido convertida en mezquita, Omar ordenó que fuera regresada a iglesia cristiana.
La administración del Estado por parte de Omar fue imparcialmente justa contra los intereses de la dinastía omeya, de la que Omar era un miembro distante y lejano a la línea de sucesión. Los omeyas influyentes no pudieron tolerar su pérdida de poder, prestigio y finanzas. Las reformas de Omar fueron demasiado para ellos. Un esclavo fue sobornado para que le administrara un veneno letal. Cuando el Califa sintió los efectos del veneno y entendió el complot que se urdió en su contra mando llamar al esclavo y le preguntó el por qué; el esclavo le contestó que le habían dado mil dinares, así que Omar depositó esa misma cantidad en el Tesoro Público y liberó al esclavo, aconsejándole que se marchara de inmediato en caso de que los enemigos de Omar quisieran matarlo. Omar Ibn Abdul Aziz murió después de un gobierno que solo duró dos años y medio. Tenía treinta y nueve años de edad al momento de su muerte.
Posdata
Existe una historia no autenticada pero hermosa acerca del linaje de Omar Ibn Abdul Aziz.
Omar Ibn Abdul Aziz está relacionado con Omar Ibn Al Jattab debido a un evento famoso ocurrido durante el gobierno del segundo Califa. En uno de sus frecuentes viajes para monitorear la condición de su pueblo, Omar escuchó a una lechera negarse a obedecer las órdenes de su madre de vender leche adulterada. La chica replicó que, aunque el Califa Omar no las estuviera viendo, Dios siempre ve a todo el mundo. Al siguiente día, Omar Ibn Al Jattab envió a un oficial a comprarle leche a la muchacha y encontró que la leche no estaba adulterada. Entonces él llamó a la joven y a su madre a su corte y les dijo lo que había escuchado. Como recompensa, ofreció casar a la joven con su hijo Asim. Ella aceptó, y de esta unión nació una niña llamada Layla, quien llegaría a convertirse en la madre de Omar Ibn Abdul Aziz.