No sigas a Heraclio (parte 2 de 2): Problemas contemporáneos y presiones externas

Por Aisha Stacey (© 2016 NewMuslims.com)

Descripción: Si una persona cree que el Islam es la verdad, debe convertirse sin demora.

El querido tío del Profeta Muhammad, Abu Tálib, y el emperador bizantino Heraclio, eligieron no aceptar el Islam. En ambos casos podemos estar bastante seguros de que esta no fue una decisión que tomaron a la ligera, y sin embargo, los dos eligieron ceder ante las presiones externas. En lugar de temer solo a Dios, tuvieron miedo de lo que los demás pensarían, dirían o harían. Hoy en día, más de un milenio después, mucha gente se encuentra en la misma posición. Ellos saben o perciben que el Islam es correcto o es la religión verdadera, y sin embargo, rechazan el regalo que Dios les ha concedido.

Hay muchas presiones en la sociedad contemporánea que hacen que convertirse al Islam sea un problema de grandes proporciones. Las presiones externas pueden poner a la gente de nuestro tiempo en la misma posición en la que estuvieron Abu Tálib y Heraclio. Sin embargo, Dios no llama a alguien al Islam para luego abandonarlo. Si la persona sabe más allá de toda duda que el Islam es la religión correcta, puede estar también segura, más allá de toda duda, de que Dios tiene la autoridad y el poder para continuar guiándola y facilitando su camino. A veces, la montaña frente a nosotros parece muy grande y amenazante, pero ¿qué es una montaña, sino parte de la creación totalmente sometida a la voluntad de Dios?

“¿Acaso no ves que se prosternan ante Dios quienes están en los cielos y en la Tierra, y el Sol, la Luna, las estrellas, las montañas, los árboles, los animales, y muchos de los seres humanos?…”. (Corán 22:18)

Dios hace que convertirse al Islam sea fácil; pero nosotros, los seres humanos, los hijos e hijas de Adán, tenemos una manera extraña de dificultarnos la vida y llenarnos de obstáculos que en realidad no existen.

“…Dios no quiere imponerles dificultades…”. (Corán 5:6)

“…Quien deposite su confianza en Dios, sepa que Él le será suficiente…”. (Corán 65:3)

Esta afirmación coránica acerca de la confianza es fácil de decir y fácil de entender, pero cuando hay que poner esa confianza plena en acción, no siempre es sencillo, por dos razones. Por supuesto, cuando una persona está cerca a aceptar el Islam, Satanás la bombardea con sus trucos e ilusiones diseñados para alejarla del camino recto hacia Dios. Y segundo, la gente que no entiende completamente la naturaleza de Dios, tiende a temer la reacción de su familia, sus amigos o sus colegas. Abu Tálib tuvo miedo de ser considerado un hombre sin honor y de perder su posición, su poder o su vida. Estas cosas son de mínima trascendencia cuando se comparan con la felicidad o la condenación eternas, y sin embargo, los seres humanos luchamos una batalla continua para desprendernos de este mundo ilusorio.

Cuando una persona se convierte al Islam, es infaltable que ocurran grandes cambios. La transición hacia el Islam tiene una gran carga emocional. Cada persona comienza a sentirse como una persona nueva y, en consecuencia, comienza a actuar de manera distinta. Las preguntas, los pensamientos y los escenarios llenan nuestras mentes y Satanás trabaja tiempo extra. Abu Tálib podría haber abordado los mismos problemas, Heraclio pudo haberse preguntado si su vida peligraría si osaba forzar la situación o si revelaba sus intenciones de seguir las enseñanzas de Muhammad.

Hoy en día nos hacemos una serie de diferentes preguntas que perturban nuestra tranquilidad del mismo modo. ¿Tendré que vestirme diferente? ¿Tendré que decírselo a mi familia? ¿Todavía podré salir a bailar, beber alcohol y tener novio o novia? Cientos de preguntas, pero la realidad es que esas preguntas no son relevantes para saber si una persona quiere convertirse al Islam o no. Si una persona cree que el Islam es la verdad, entonces debe convertirse al Islam sin demora. Los detalles vienen después, cuando la persona establece una relación directa con Dios, cuando entiende la naturaleza de nuestro Creador.

Cada persona tiene predeterminado un período de vida. No sabemos cuándo vamos a morir, y el próximo minuto puede ser literalmente nuestro último minuto en este mundo. Solo por esta razón, una persona no debe ser como Heraclio ni como Abu Tálib. Ambos hombres permitieron que su amor por este mundo ilusorio dictara su Más Allá. La conversión debe llevarse a cabo con la confianza en que Dios guiará a los nuevos musulmanes hacia una relación de por vida con Él.

Revelar que usted es musulmán no es una condición para aceptar el Islam. Al mismo tiempo, sin embargo, debemos ser conscientes de los cambios que el Islam requiere, y pedirle a Dios que nos facilite el camino. Los viejos hábitos deben romperse poco a poco, y aprender acerca de la naturaleza de Dios y Sus leyes le permitirán a cada persona cambiar hacia el tipo de persona que Dios ama. Aunque convertirse en musulmán es un evento instantáneo, convertirse en un mejor musulmán requiere un esfuerzo bueno y continuo de parte de cualquiera de nosotros.



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