LOS LÍMITES DEL LIBRE ALBEDRÍO HUMANO

  • Por Sheikh Abdullah BinMuhammad Al-Tayyar (islamtoday.net) [editado por IslamReligion.com]
  • Descripción: No somos como robots que no tienen elección en sus actos. Todo ocurre por la voluntad de Dios, pero al mismo tiempo, tenemos un libre albedrío para tomar nuestras decisiones, y es por esto que somos responsables de nuestras acciones.

  • The-Limits-of-Human-Free-Will.jpgDesde el comienzo, debemos señalar que este es un tema en el cual las mayores mentes de la humanidad se han interesado, y por el que muchas personas han perdido su camino. Los compañeros del Profeta no hacían preguntas sobre el libre albedrío, porque su fe era muy fuerte y no dejaba espacio para que se arraigaran los tipos de dudas que instigan esta línea de pensamiento.

    Al mismo tiempo, decimos que los pilares de la fe que nuestro Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) nos describió, son seis. Ellos son creer en Dios, en Sus ángeles, en Sus libros, en Sus mensajeros, en el Último Día y finalmente, en el decreto divino (tanto lo bueno como lo malo que devienen de él).

    La fe en el decreto divino tiene cuatro dimensiones:

    1.    Conocimiento. Creemos que Dios conoce todas las cosas. Él lo sabe todo, y Su conocimiento eterno y constante abarca lo que ya ocurrió y lo que ocurrirá. Él no llega a conocer las cosas después de haberlas desconocido, ni está sujeto al olvido.

    2.    El registro. Creemos que Dios ha escrito en la Tabla Protegida todo lo que existirá y ocurrirá hasta el Día de la Resurrección. Dios dice: “¿Acaso no sabes que Dios conoce cuanto hay en el cielo y en la Tierra? Todo está registrado en un libro, eso es fácil para Dios” (Corán 22:70).

    3.    La voluntad de Dios. Creemos que Dios ha querido todo lo que tiene lugar en los cielos y en la Tierra. Todo lo que Él desea debe llegar a suceder. Todo lo que Él no quiere, jamás tendrá lugar.

    4.    Creación. Creemos que “Dios es el Creador de todas las cosas, y Él es su Custodio. A Él pertenecen las llaves de los cielos y de la Tierra” (Corán 39:62-63).

    Estas cuatro dimensiones de la fe son todo lo que creemos acerca de Dios con respecto a los asuntos del decreto y la voluntad divinos, y también nos aclaran qué responsabilidad les corresponde a Sus criaturas. En otras palabras, todo lo que los seres humanos dicen, hacen, o de lo que se abstienen, todo es conocido por Dios, registrado en la Tabla, querido por Dios y creado por Él.

    Dios dice: “Para que se encamine quien quiera. Pero sepan que solo se encaminará quien quiera Dios, Señor del universo” (Corán 81:28-29).

    También dice: “Dios es Quien los creó a ustedes y a lo que ustedes hacen” (Corán 37:96).

    Creemos en estos aspectos del decreto de Dios. También creemos que Dios nos ha dado libre albedrío, y elegimos libremente nuestros actos. Esto está claramente establecido en el Corán de la siguiente forma:

    1.    Dios atestigua nuestra voluntad. Por ejemplo, Él dice: “Siembren en su campo cuando [y como] quieran” (Corán 2:223). Él dice: “Si [los hipócritas] hubieran querido realmente combatir, se habrían preparado para tal fin” (Corán 37:46).

    2.    Dios nos ordena. El hecho de que Dios nos dirija órdenes y prohibiciones solo tiene sentido si somos libres de cumplirlas. De otro modo, se nos ordenaría algo que estaría totalmente fuera de nuestra capacidad, ya que nuestro cumplimiento o incumplimiento estaría predeterminado. Por lo tanto, no tendría sentido hacer demandas a entidades que no tienen capacidad para cumplirlas. Además, Dios dice: “Dios no exige a nadie por encima de sus posibilidades” (Corán 2:286).

    3.    Dios elogia y censura. Él elogia a quienes hacen el bien por el bien que hacen, y censura a los malhechores por las cosas malas que hacen. También nos da recompensas por nuestras obras. Esto solo tiene sentido si llevamos a cabo estos actos por nuestra propia voluntad. De lo contrario, no habría nada que recompensar ni castigar.

    4.    Dios envió mensajeros para establecer Su prueba sobre la creación. Los mensajeros son “anunciadores de albricias y como amonestadores, para que [la humanidad] no tuviera argumento alguno ante Dios [por haber rechazado el mensaje]” (Corán 4:165). Si la gente no fuera libre en sus decisiones, su argumento en contra de Dios (de que no tenían guía) no sería invalidado después de que Dios enviara a Sus mensajeros, ya que, si ellos fueran obligados en sus actos, no habría diferencia alguna si recibían o no la guía.

    Finalmente, tenemos un conocimiento práctico, a priori, de que realizamos nuestros actos por nuestra propia voluntad y elección. Decidimos qué hacer y de qué nos abstenemos, sin ningún sentido de estar obligados en nuestras decisiones. Esto se aplica incluso a las más pequeñas de nuestras acciones voluntarias, como sentarse o estar de pie, quedarnos en casa o salir, así como a decisiones más sustanciales como el matrimonio, el divorcio, o la decisión de trasladarse a otra ciudad. Es por esto que sentimos con mayor agudeza si alguien intenta obligarnos a hacer algo que no queremos hacer. Y es también por esto que Dios no nos hace legalmente responsables de lo que hacemos bajo coerción.

    Responsabilidad por nuestras obras

    Un pecador no puede escudarse en que fue “condenado” o “destinado” a cometer un pecado, ya que dicho pecado fue llevado a cabo por el libre albedrío del pecador. Sí, Dios sabe, en Su conocimiento eterno, que el pecador iba a perpetrar ese pecado en particular, en un momento específico del tiempo, y quiso permitir que así fuera, pero Él no obligó al pecador a tomar esa decisión. Además, solo llegamos a saber que eso estaba escrito para el pecador después de que lo ha hecho. Es por esto que Dios dice: “Nadie sabe qué le deparará el día siguiente” (Corán 31:34).

    ¿Cómo podemos excusar nuestros actos con aquello que desconocíamos de antemano? Es por esto que Dios dice: “Quienes Le asociaron divinidades a Dios dirán: ‘Si Dios hubiera querido no Le habríamos asociado nada y no habríamos vedado nada, ni nosotros ni nuestros padres’. Así es como desmintieron quienes los precedieron, hasta que sufrieron Mi castigo. Pregúntales: ‘¿Acaso tienen algún conocimiento que puedan presentar?’. Solo siguen conjeturas, y no hacen más que especular” (Corán 6:148).

    En nuestros actos, estamos tanto en libertad como bajo la determinación de Dios, Él crea nuestros actos y las voluntades con las que actuamos, en tal medida nuestras acciones están bajo Su determinación. Sin embargo, ya que elegimos por nosotros mismos los actos que queremos llevar a cabo (una elección que Dios nos ha querido dar), somos libres en nuestras elecciones y ganamos lo bueno o lo malo.

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