- Por J. Hashmi (© 2011 IslamReligion.com)
Descripción: La relación entre la fe interior y las buenas obras en el Islam. Parte cuatro: Un vistazo a la Biblia en busca del concepto de “fe sola”.
La creencia en la “fe sola” es rechazada por la Biblia
Los cristianos creen que los seres humanos deben alcanzar la “justificación” antes de entrar al Cielo. Los cristianos occidentales afirman que ellos alcanzan esta “justificación” simplemente por la “fe sola”. Sin embargo, esta doctrina de la “fe sola” es rechazada por la propia Biblia. Es interesante notar que la palabra “fe” aparee más de 200 veces en el Nuevo Testamento, y sólo una vez está relacionada con la palabra “sola”. Y en esa única vez en que las dos palabras aparecen juntas, la doctrina es de hecho rechazada por completo:
“Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”. (Santiago 2:24)
En efecto, el pasaje en su totalidad parece negar la doctrina de la “fe sola”. Leemos en Santiago 2:14-18:
14. “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarlo?
15. Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
16. y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
17. Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
18. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”. (Santiago 2:14-18)
Incluso Satanás creía en Dios, sin embargo no acompañó esta creencia con su juramento de lealtad ni con sus obras. La Biblia continúa:
19. “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
20. Mas, ¿quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
21. ¿No fue justificado por las obras Abraham, nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22. ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
23. Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
24. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
24. Asimismo también Rahab, la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?”
(Santiago 2:19-25)Algunos cristianos afirman que es suficiente con declarar a Jesús como el salvador y Dios, después de lo cual la persona “renace”. Ellos creen que esta única experiencia —de declarar a Jesús como el salvador personal— es suficiente para que uno se asegure la entrada al Reino de los Cielos. Sin embargo, este concepto es rechazado por la propia Biblia. El versículo 7:21 de Mateo nos dice que declarar a Jesús como Señor de uno no es suficiente, sino que uno debe obedecer los mandamientos de Dios para alcanzar la salvación:
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los Cielos”. (Mateo 7:21)
Dios dará a cada hombre en proporción a lo que se ha ganado con sus propias manos (es decir, con sus obras). La vida eterna en el Reino de los Cielos sólo puede ser alcanzada con la persistencia en hacer obras buenas. Leemos en la Biblia:
“Dios pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad”. (Romanos 2:6-7)
Por lo tanto, la Vida Eterna depende de que se haga el bien. La Biblia dice que aquellos que hacen el bien (es decir, buenas obras) alcanzarán el Cielo, y que aquellos que hacen el mal (es decir, malas obras) entrarán al Infierno.
“…los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. (Juan 5:29)
La salvación no se alcanza de un día para otro como algunos cristianos creen, sino que es algo que debe ser trabajado a lo largo de toda la vida, como dice la Biblia:
“…ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor…”. (Filipenses 2:12)
La Biblia dice también:
“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. (Mateo 24:13)
En la Biblia se registra que Jesús, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, dijo que para entrar a la vida celestial uno debe obedecer los mandamientos de Dios. Esta es una indicación clara de que la fe sola no es suficiente para alcanzar la salvación, sino que, por el contrario, la entrada a la vida celestial depende de la obediencia a los mandamientos de Dios. La Biblia dice:
Jesús contestó: “…Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”. (Mateo 19:17)
El peligro de la doctrina de la “fe sola”
Hay un gran peligro en la prédica de una doctrina que trivializa la importancia de las obras. A menudo, muchos cristianos piensan que ya que Jesús los absolvió de sus pecados, no tienen necesidad de permanecer lejos de los estilos de vida pecaminosos. En otras palabras, Jesús les ha dado un “pase libre” para el pecado. Y es por eso que encontramos que muchos cristianos pecan durante toda la semana y sólo van a la iglesia los domingos, satisfechos con la idea de que han sido salvados sin importar lo que pase. La doctrina de “una vez salvo, siempre salvo” lleva a la negligencia en los deberes de uno para con Dios. Una religión que predica tal creencia sólo causa que sus seguidores se alejen de la rectitud. La religión del Islam, por su parte, advierte a sus seguidores que la Gracia de Dios es alcanzada por la creencia y las buenas obras, y que uno debe esforzarse por alcanzar el Paraíso. Es por esto que los musulmanes rezan 5 veces diarias, para que puedan alcanzar la Gracia de Dios y la salvación. Es una lucha constante hacia la rectitud a lo largo de toda la vida, no sólo un evento único.
La doctrina de la “fe sola” es blasfema, puesto que no nos fue enseñada por Dios Todopoderoso. La “fe sola” no se encuentra en el Corán. Más aún, esta doctrina no puede hallar fundamento en la Biblia. No es apropiado seguir una creencia que no tiene base escritural alguna.
Conclusión
La Salvación se alcanza mediante la consecución de la Gracia de Dios, y esto se hace con la mezcla de creencia interior y buenas obras. Esta es una creencia que encuentra soporte tanto en el Corán como en la Biblia. La promesa de Dios es que la Gracia se obtiene a través de la fe interior y las buenas obras, en contraste con la “fe sola”.
Algunas personas pueden creer que se les ha prometido el Cielo por la “fe sola”; sin embargo, ¿esto significa que realmente van a entrar al Cielo? El mero hecho de creer en algo no lo convierte en una realidad. ¿Con qué frecuencia encendemos la televisión y escuchamos a los tele-evangelistas proclamar que podemos ser salvados simplemente por decir que Jesús es nuestro Señor? A menudo podemos cambiar el canal sólo para ver a alguien más prometiéndonos que podemos perder 50 libras de peso en un mes simplemente atándonos algunas correas de ejercicio en el abdomen. ¿Esta promesa es menos dudosa que la promesa del Cielo del tele-evangelista?
Qué tonta sería una persona si compra una de estas correas de ejercicios y confiara sólo en eso, sin preocuparse por sus propias obras (es decir, dieta, ejercicio, etc.) Esa persona —si se vuelve descuidada con su dieta y ejercicio— eventualmente obstruirá sus arterias con grasa y morirá de un ataque al corazón, sin importar su creencia interna en que iba a perder 50 libras. La creencia islámica es que los pecados son manchas negras en el corazón espiritual. Con suficientes pecados, el corazón entero se cubrirá de oscuridad y morirá. Los pecados obstruyen el corazón espiritual del mismo modo en que la grasa obstruye las arterias del corazón físico. Aquel que le presenta un corazón ennegrecido a Dios no entrará al Cielo, a pesar de su creencia en el concepto de “fe sola”. Una persona que se basa en esta creencia es como la que pone su confianza en la correa de ejercicio: por un tiempo, estas personas se sienten ilusionadas y contentas con la promesa, pero eventualmente la realidad desnudará su fea cabeza, y todos los hombres serán responsables de sus obras.
Una correa mágica de ejercicio hace que la gente se vuelva negligente en relación a la dieta y el ejercicio, pues ellos creen que la correa será más que suficiente para compensar su falta. Del mismo modo, el concepto de “fe sola” hace que la gente sea negligente con las obras. Cuando esta gente muera, les molestará el no haber dedicado sus vidas para acumular buenas obras con el fin de obtener la Gracia de Dios. La gente debe dedicar sus vidas a hacer obras buenas en lugar de comprar la promesa de un viaje sin esfuerzo al Paraíso sobre intenciones incumplidas.
El Corán confirma la verdad, en lugar de contentarnos con falacias: los hombres deben trabajar duro para alcanzar el Paraíso. Es de sentido común que una gran recompensa debe exigir un gran esfuerzo. Dios Todopoderoso dice:
“Y luchad por la causa de Dios con sinceridad”. (Corán 22:78)
Y dice también:
“A quienes luchen denodadamente por Nuestra causa los afirmaremos en Nuestro camino. Ciertamente Allah está con los benefactores”. (Corán 29:69)
Debemos esforzarnos en buscar la complacencia de Dios no sólo creyendo en nuestros corazones, sino mostrando esa creencia con nuestros actos. Nada es más importante que la creencia de corazón, pero esto no niega la importancia de las acciones de las extremidades. Las obras sin la fe no son sinceras, la fe sin las obras es hipocresía.
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