- Por Aisha Stacey (© 2013 IslamReligion.com)
- Descripción: La primera palabra revelada del Corán comenzó un legado de alfabetización y de educación para todos.
El Islam es una religión que se preocupa por la alfabetización. Cuando el Corán fue revelado, la primera palabra fue iqra —leer, aprender, entender. En una cueva a las afueras de La Meca, el ángel Gabriel apretó el pecho del Profeta Muhammad y le exigió que leyera. Incapaz de leer o escribir, el Profeta, que Dios le dé paz, respondió: “¡No sé leer!”
“¡Lee! [¡oh, Muhammad!] En el nombre de tu Señor, Quien creó todas las cosas. Creó al hombre de una célula embrionaria. ¡Lee! Que tu Señor es el más Generoso. Enseñó la escritura con la pluma y le enseñó al hombre lo que este no sabía”. (Corán 96:1-5)
El Profeta Muhammad nunca aprendió a leer o escribir, pero entendía la importancia de la alfabetización. Aunque la mayoría de los árabes de la época eran iletrados, poseían un amor poderoso y elocuente por las palabras. Los árabes eran maestros de la palabra hablada: poesía, narración de cuentos y memorización de genealogías. Animar el alfabetismo fue una progresión natural.
Los musulmanes creen que las palabras del Corán son las palabras literales de Dios, y preservarlas siempre ha sido una preocupación suprema. Desde los primeros días del Islam, los compañeros del Profeta comenzaron a poner por escrito las palabras del Corán. Las escribían en cortezas, pieles de animales, incluso en piedras. Esto llevó a una nueva era de alfabetismo.
Muchos de los primeros musulmanes eran pobres, sin posesiones ni prestigio en la sociedad mecana, o eran esclavos. El Islam les ofreció una oportunidad de igualdad y respeto. El Profeta Muhammad entendió sabiamente que su nueva nación tendría mejores posibilidades de sobrevivir y prosperar si sus seguidores eran letrados y bien educados.
Después de la batalla de Badr, la primera batalla contra los opresores mecanos, el ejército musulmán tomó setenta prisioneros. El Profeta Muhammad sabía que la mayoría de los prisioneros eran letrados y ofreció liberar a aquellos que les enseñaran a diez musulmanes a leer y escribir.
Los nuevos musulmanes comenzaron a entender la importancia de implementar la guía del Corán en sus vidas. Entonces como ahora, el alfabetismo permitió a los creyentes observar el mundo a su alrededor y contemplar las maravillas de la creación, y la magnificencia del Creador. Los creyentes leen el Corán para acercarse a Dios. Ellos buscan conocimiento con el fin de reforzar su fe. Implementan ese conocimiento para adorar a Dios, con sumisión y certeza verdaderas.
“Aquellos que fueron agraciados con el conocimiento y la sabiduría, saben que el Corán es la Verdad que proviene de su Señor; creen en él y así se sosiegan sus corazones. Dios guía por el camino recto a los que creen”. (Corán 22:54)
En sus tradiciones, que fueron meticulosamente recogidas por los eruditos musulmanes, el Profeta Muhammad, que Dios le dé paz, animó a sus seguidores a buscar el conocimiento[1]. Él dijo que si alguien seguía un camino en busca del conocimiento, Dios le facilitaría su camino hacia el Paraíso[2]. También dijo que el conocimiento es una de las tres buenas obras que continúan incluso después de la muerte[3].
Los seres humanos tienen mente e intelecto. También tenemos el poder de razonar y el libre albedrío para aceptar o rechazar el conocimiento. Dios creó a los seres humanos con las herramientas para adquirir el conocimiento. Él le enseñó al padre de la humanidad, Adán, los nombres de todo. A Adán se le enseñó habilidades de lenguaje, y cómo aplicar el conocimiento, hacer planes, tomar decisiones y alcanzar objetivos. Nosotros, los hijos de Adán, hemos heredado estas habilidades con el objeto de que podamos existir en el mundo y adorar a Dios de la mejor manera.
“Y [Dios] enseñó a Adán los nombres de todas las cosas”. (Corán 2:31)
“Él los dotó de oído, vista e intelecto, para que sean agradecidos”. (Corán 16:78)
La búsqueda de conocimiento es importante en el Islam. El Profeta Muhammad animó a sus seguidores a asistir a sus sesiones de conocimiento, y envió profesores de Corán a las tribus periféricas y a ciudades lejanas. Se sentó con sus seguidores y les enseñó los principios del Islam, y escuchó atentamente, a menudo con lágrimas bañando su rostro, sus recitaciones del Corán. El Profeta Muhammad dijo que el mejor de sus seguidores era aquel que aprendía el Corán y luego lo enseñaba a los demás[4].
Los primeros musulmanes establecieron escuelas para la enseñanza y el aprendizaje del Corán y de las ciencias islámicas. El Islam era practicado en secreto por temor a la persecución, sin embargo, se estableció una casa segura donde se diseminaba el conocimiento islámico, en casa de un hombre de nombre Al Arqam. Incluso ahora en el siglo XXI, por todo el mundo islámico, los estudiantes asisten a escuelas llamadas Darul Arqam (La casa de Arqam) en memoria y reconocimiento de la primera escuela islámica.
El Islam mantiene en alta estima el conocimiento, la educación, el alfabetismo y las búsquedas intelectuales. Durante toda la historia islámica, hay casos innumerables del establecimiento de escuelas, universidades y bibliotecas. Los musulmanes desarrollaron teorías de educación, escribieron planes de estudios, ejercieron la literatura y el arte, y llevaron el concepto de la búsqueda del conocimiento a nuevos y elevados niveles. En la tercera parte, veremos las teorías de la educación y el establecimiento de escuelas y centros de aprendizaje.