Por Aisha Stacey (© 2015 IslamReligion.com)
Descripción: En este artículo trataremos de descubrir y explicar qué es un milagro cristiano de sanación, su lugar en la historia y las diferencias entre cristianismo e Islam.
La palabra “milagro” se ha convertido en un término muy difundido en el lenguaje actual, al punto que se utiliza a menudo para referirse a algo tan común como la buena fortuna individual. El diccionario de la RAE define un milagro como un “hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino”.
A lo largo de la historia, la noción o creencia de que la oración o los cuidados de un curandero pueden aliviar la enfermedad, ha sido bastante común. Estas recuperaciones milagrosas le han sido atribuidas a una miríada de técnicas comúnmente clasificadas como curación por la fe o milagros de sanación. El término curación por la fe es más conocido en relación al cristianismo; sin embargo, es utilizado en muchas otras religiones, incluyendo las creencias paganas de la new age (la nueva era). Por ejemplo, el budismo tibetano siempre ha conocido y aceptado las curaciones por la fe. La práctica de la imposición de manos no solo ha sido realizada por monjes budistas, sino también por magos y médiums. En religiones basadas en la brujería o en creencias paganas, el uso de hechizos y pociones para curar requiere tener fe en el curandero y en los dioses y diosas que son invocados.
De acuerdo con la mayoría de las denominaciones cristianas, el término “curación por la fe” o “milagros de sanación” se refiere a la curación que ocurre de forma sobrenatural como resultado de la intervención divina o de la oración, en lugar de a través de la medicina convencional. La investigación médica y científica ha demostrado que el compromiso religioso ayuda en la prevención y el tratamiento de desórdenes emocionales, enfermedades y heridas, y favorece la recuperación[1]. En otras palabras, las personas con una fe religiosa a veces se curan más rápido que las que no la tienen. Esto usualmente se le atribuye a una actitud optimista y a la esperanza en el futuro. Tristemente, a pesar de ello, algunos segmentos de la sociedad actual rechazan cualquier atención médica con la esperanza de ser sanados por virtud de su fe únicamente. Esta es una noción que es rechazada en el Islam.
De acuerdo al enfoque holístico con que el Islam aborda la salud, no hay contradicción en buscar cura tanto de la ciencia médica como de medios espirituales permitidos. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: “No hay enfermedad que Dios Todopoderoso haya creado sin que Él Mismo haya creado su cura”[2].Es bien sabido también que durante el Oscurantismo, el mundo musulmán mantuvo vivas las antiguas tradiciones médicas griegas, las tradujo al árabe y las desarrolló.
El Islam ve los milagros de manera distinta. Define un milagro como un acto o evento extraordinario que va en contra de las leyes de la naturaleza y que solo puede ocurrir a través de la intervención directa de Dios Mismo. Por otra parte, un milagro solo puede ser realizado por los Profetas de Dios. De modo que un evento provocado por una persona religiosa y pía no se clasifica como milagro, sino que, según el Islam, es un evento conocido como karamah. Aquí vemos que, según la estimación del Islam, la curación por la fe entra en la categoría de karamahs. Sin embargo, nuestro propósito aquí no es juzgar las creencias islámicas a partir de un criterio islámico, sino mirar la curación por la fe y descubrir en qué circunstancias y con qué propósitos ocurren estos eventos.
Las raíces del movimiento cristiano actual de la sanación por la fe son claramente bíblicas. Según Joe Nickel, “en el cristianismo, Jesús se convirtió en una fuente de poder restaurador, produciendo un ministerio de sanación y realizando curaciones milagrosas, tanto de cuerpo como de mente, dondequiera que iba”. Los evangelios cristianos registran más de cuarenta actos de curación por la fe hechos tanto por Jesús como por sus discípulos.
Uno de los relatos más conocidos de curación por la fe en la Iglesia Católica es el de los milagros atribuidos a la intercesión o la aparición de la Virgen María, conocida como Nuestra Señora de Lourdes en la gruta de Lourdes en Francia. La Iglesia Católica le ha dado reconocimiento oficial a 67 milagros desde que la Virgen María supuestamente se apareció por primera vez en Lourdes en febrero de 1858.
Los ministerios de curación por la fe por toda Norteamérica envían a sus seguidores el mensaje irreal de que si estás enfermo o eres pobre es porque no tienes suficiente fe. En relación con este concepto, Justin Peters, un ministro evangélico de 37 años de edad que sufre de parálisis cerebral y dirige los Ministerios Justin Peters, dijo: “Dos de los deseos humanos más básicos son el de ser rico y el de ser curado”, y “si crees que Dios puede curarte solo si tienes suficiente fe, la carga recae en ti. Si no sanas, ¿qué pasa? ¿A quién vas a culpar? Por supuesto que no a Dios. Así que, encima de la aflicción, está el peso tremendo de pensar que tu fe es demasiado débil”. Peters supervisa las enseñanzas de los ministros de prosperidad evangélica como Benny Hinn, Kenneth Copland y otros curadores por la fe que predican la riqueza y la salud como señales de fe.
En su ensayo de 2003 sobre “modernos curanderos por fe estadounidenses”, Catie Caldwell describió un movimiento que se dispone a desbordar y sorprender a una población vencida por las pruebas y las tribulaciones de la vida del siglo XXI. El consuelo y la facilidad que habrían de venir de la fe en Dios y Su misericordia son relegados a un milagro personal concedido solo a aquellos que se lo ganan a través de un examen humano de su nivel de fe. Ella dice: “Estos carismáticos curanderos por la fe tienen un gran número de seguidores y se centran en los individuos muy poderosos y ricos que afirman tener un poder especial y la unción de Dios para curar cualquier aflicción. Estos líderes viajan por toda la nación, atrayendo a cientos o miles a sus eventos de avivamiento. La gente acude a estos eventos buscando cura y liberación de sus dolencias visibles e invisibles. El ambiente en estos eventos es muy emotivo y los participantes afirman que el ‘espíritu de Dios’ está presente y los está curando activamente. La representación confesional de esos eventos y entre los líderes es diversa, es un movimiento muy interdenominacional”[3].
Mientras que el Islam reconoce los poderes curativos del Corán y de la oración, no hay duda de que el mundo del siglo XXI está más poblado que nunca con aquellos que afirman ser capaces de producir milagros y curas milagrosas. Una persona debe estar segura del lugar donde pone su confianza. Hay muchas personas que dicen ser curanderos, cuyas intenciones y métodos están lejos de ser puros, y peor aún, hay muchos que son francamente dañinos.
El creyente es animado a poner su confianza completa en Dios; sin embargo, esto no niega los efectos curativos de la medicina. De hecho, Dios tiene poder sobre todas las cosas; por lo tanto, tenemos que poner nuestra confianza en Él, desarrollar una relación duradera con Su libro de guía (el Corán), seguir las enseñanzas auténticas del Profeta Muhammad y buscar una cura, dondequiera que sea. Como creyentes, somos capaces de utilizar las herramientas y métodos que nos han proporcionado Dios y el Profeta Muhammad para discernir la verdad de la mentira. Aquellos que caen presa de los ministerios de sanación milagrosa pueden no saber cómo detectar este ilusionismo engañoso, por lo que en la parte 2 vamos a analizar cómo se llevan a cabo estos “milagros” y el objetivo que persiguen quienes los realizan, así como las mentiras y los engaños que se encuentran en los ministerios de sanidad de hoy en día.