El Profeta y la poligamia (parte 1 de 2)

Por IslamReligion.com

Descripción: Un análisis de las razones principales por las que el Profeta Muhammad tuvo varias esposas.  Parte 1: Un modelo para la humanidad y la preservación del conocimiento.

Introducción

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Muchos occidentales consideran la poligamia como algo intrínsecamente malo y su práctica como inmoral. De forma contradictoria, se dan cuenta y declaran que toda época y sociedad tiene sus propios estándares, pero ellos mismos juzgan esto de acuerdo a los estándares de su sociedad y época particulares.

Para un musulmán, los estándares de moralidad están establecidos por revelación divina, el Corán y la Sunnah, y no por la perspectiva moderna prevalente.

Los grandes patriarcas hebreos, reverenciados por igual en el judaísmo, el cristianismo y el Islam –Abraham, Moisés, Jacob, David y Salomón, para nombrar a algunos– fueron indiscutiblemente polígamos[1]. El ejemplo de Jesús, quien jamás habló en contra de la poligamia ni se ocupó de ese tema, es irrelevante, puesto que nunca se casó durante su ministerio terrenal. Sin embargo, un estudio cuidadoso de la biografía del Profeta Muhammad –preservada con minucioso detalle– revela las razones de sus matrimonios múltiples.

1.      Un modelo perfecto

Muhammad, la paz y las bendiciones de Dios sean con él, es el último Profeta, una misericordia para toda la humanidad, y un modelo perfecto para todas las épocas. Él dio al mundo un ejemplo ideal de una vida casta a la edad de 25 años, luego una vida monógama con una viuda noble, y una vida polígama después de la edad de 50. Se casó con jóvenes y mujeres de edad avanzada, con viudas y divorciadas, con agradables y emocionales, con hijas de jefes tribales y esclavas liberadas. Fue un ejemplo de perfección en toda la diversidad que la vida tiene para ofrecer.

2.      La educación religiosa y la preservación de la vida privada del Profeta

Las “Madres de los Creyentes”, título honorífico dado a las esposas del Profeta, fueron eruditas de la religión y maestras espirituales que guiaron a los fieles, especialmente a las mujeres, durante y después de la vida del Profeta. El Islam tiene muchas regulaciones especiales que son únicas para las mujeres, en relación a la higiene, el flujo menstrual, el baño, la oración, el ayuno, la peregrinación, la lactancia y el testimonio, para nombrar algunas. Las leyes específicas para las mujeres tenían que ser divulgadas. Naturalmente, las mujeres se sentían más cómodas hablando de estos temas con las esposas del Profeta. Además, el grupo familiar del Profeta instruía a las mujeres en la etiqueta de la vida marital, cómo formar familias, y asuntos de la espiritualidad de las mujeres. Después de la muerte del Profeta, hombres y mujeres recurrieron a sus esposas para hallar el ideal profético de vida familiar.

Al casarse con mujeres de tribus distintas, el Profeta abrió la puerta a la divulgación del conocimiento Islámico entre ellas. Las esposas del Profeta difundieron el conocimiento del Islam entre sus tribus. Por ejemplo, el conocimiento de Aisha fue absorbido por su hermana, Umm Kulzum, su hermano de leche, Auf bin Hariz, sus sobrinos Qasim y Abdullah, y sus sobrinas Hafsah y Asma, entre otros. El conocimiento de Hafsah fue transmitido a su hermano Abdullah ibn Umar, su hijo Hamza y su esposa Safiyah. Los estudiantes de  Maimunah incluyeron sus sobrinos, el más famoso de los cuales es Abdullah ibn Abbas, una autoridad en la interpretación del Corán. Umm Habibah enseñó su conocimiento a sus hermanos Mu’awiyah y Utbah, y a sus sobrinos y sobrinas. Por tanto, vemos que las “Madres de los Creyentes” se convirtieron en conductos de conocimiento para sus tribus.

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